Un grupo de historiadores descubren que el primer nombre de Alicante fue Achavo

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Achavo es una de las expresiones alicantinas más usadas por los habitantes de la zona

Cuando se habla del origen y de la historia de Alicante, siempre se ha hecho mención a los términos Akra Leuka (una base militar que fundó el cartaginés Amílcar Barca) y Lucentum (la ciudad íbero-romana situada en la actual capital alicantina y que ha mantenido un gran arraigo en toda la población). Pero lo cierto es que el primer topónimo de la ciudad de Alicante no es ninguno de estos dos y ha estado ante nosotros todo este tiempo: achavo.

Así lo aseguran un grupo de historiadores de la Universidad de Alicante, cuya investigación ha demostrado que existe una estrecha relación entre una de las expresiones alicantinas más comunes y el origen de la propia ciudad. Y es que achavo, uno de los grandes emblemas del habla local, fue en realidad el primer nombre de la ciudad.

Esta teoría basa su fundamento en que esta palabra ha sido muy usada desde tiempos inmemoriales en la zona que hoy comprende la capital alicantina. Por ello, los numerosos grupos de nómadas que en la prehistoria pasaban por lo que hoy es la propia ciudad de Alicante, bautizaron el territorio como ‘Achavo’, cuyo empleo en el léxico alicantino se ha transmitido de generación en generación hasta nuestros días.

Esta es la tesis que defienden los historiadores de la UA, que señalan el cierto parecido que realmente existe entre las palabras Alicante y achavo. “La llegada del valenciano seguramente hizo que fonéticamente muchos habitantes de la zona dijeran algo parecido a ‘achave’, cuya similitud con Alicante es aún mayor”, señala uno de los historiadores que ha llevado a cabo una investigación, que eso sí, no ha sido capaz de determinar el auténtico origen de la palabra achavo.

“Seguramente surgiera de forma espontánea, cuando nuestros ancestros descubrieron el habla hace cerca de 50.000 años”, apuntan los investigadores, que creen que pudo deberse a que en el intento de controlar el fuego (un suceso que coincide con el inicio del lenguaje), alguno de nuestros antepasados soltara un espontáneo “achavo” al ver las llamas, una mera casualidad que ha llegado hasta nuestros días. Aunque eso sí, esto es solo una teoría que no está en absoluto confirmada de momento.


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El Chepa

Fundé un club al que llamé Hércules para que infundiera respeto, y ahora solo infunde risas, vergüenza y bochorno. Casi 100 años después de mi muerte, vuelvo para poner firme hasta al utillero.

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