Última hora: la primavera al fin se hace notar. Tras una consecución de olas de frío gélidas como no se recuerdan, los alicantinos podremos al fin volver a guardar en el armario ese extraño atuendo al que llamamos abrigo y que tan poco solemos usar. Un año más, se ha vuelto a demostrar que en Alicante somos muy sensibles al frío, vamos, que lo toleramos menos que Superman a la kryptonita. Es ver el mercurio por debajo de los 10ºC o los picos de la Sierra de Aitana cubiertos de un leve manto blanco, y echarnos a temblar.
Pero por suerte (o por desgracia para una minoría), ya estamos volviendo a disfrutar de esas temperaturas primaverales tan típicas de aquí y que tanto nos gustan, y del famoso caloret, como lo llaman nuestros vecinos del norte. Pero antes de que saques el vestuario de verano y de que subas a Facebook la primera foto del año tomándote un arroz junto al mar en un domingo soleado, y de que pongas el respectivo ‘aquí sufriendo’, antes de eso, toca hacer un repaso rápido a lo que ha sido el invierno 2018 en la provincia de Alicante. Porque además de dejarnos malas caras al salir a la calle y varios centímetros de nieve, el paseo del frío por la Terreta también nos ha regalado memes para aburrir, o mejor dicho, para no parar de reír.
¿Cómo ha sido el invierno 2018 en Alicante?
Las citas al lema de la Casa Stark de Juego de Tronos no han podido faltar, pero esta vez con el inconfundible toque del habla alicantina. Además, parece que ha habido un cambio en el gobierno de Invernalia, y que Echávarri, tras presentar su dimisión, no ha tardado en encontrar un nuevo puesto en su carrera política, esta vez, como Guardián del Norte.
Pese a que Alicante no esté en el norte de Poniente, y que el invierno aquí sea mil veces más suave que el que viven al sur del Muro en el universo de George R.R. Martin, lo cierto es que la Terreta nos ha dejado paisajes en las que ver caminantes blancos no hubiera desentonado en absoluto. Esas insólitas escenas, como no podía ser de otra manera, han dejado sus respectivos memes.
En definitiva, queda claro que los alicantinos tenemos una forma muy particular de vivir la vida, y en concreto, de vivir el invierno. Seguramente en el resto del país se rían de nuestros dramas (y con razón), pero la gracia de todo esto de los meses es reírse de uno mismo, ¿no?
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