No es normal. No hay delantero que no fiche el Hércules que no tenga que pasar por una racha de lesiones o de falta de gol. El último y enésimo caso del gafe que no cesa es Stephane Emaná. El camerunés, uno de los fichajes estrella del club alicantino para esta temporada, ha sufrido una lesión muscular que le mantendrá fuera de los terrenos de juego durante dos semanas, siempre que no recaiga durante el proceso de recuperación (toquemos madera).
El 9 recoge el testigo de Carlos Fernández, Moha, Azkorra, Adrià Granell, Fernando, etc. Jugadores todos ellos de corte ofensivo que durante su estancia en el Hércules (Carlos Fernández aún es jugador blanquiazul) se pasaron más tiempo en la enfermería que en el césped. La rareza del caso ha llevado al Ministerio de Empleo a actuar de manera drástica, y la decisión está tomada. Ser delantero en el Hércules será considerado a partir de la próxima temporada profesión de alto riesgo para la salud.
La lesión de Emaná ha sido la gota que ha colmado el vaso, por lo que ahora todo aquel jugador ofensivo que llegue al Hércules deberá ser consciente del peligro que corre defendiendo esta camiseta. Así lo ha avisado el Ministerio de Empleo, que advierte al club alicantino de que deberá mandar una circular a todos los jugadores ofensivos que intente contratar para que conozcan lo que significa (para su salud) jugar en el Hércules.
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