¡Bienvenidos a El Campello, el paraíso de las playas, el sol y la… ¡mierda! Sí, como lo lees, si has pasado o vive cerca del vertedero municipal en El Campello, sabes que huele como si alguien hubiera dejado caer una bomba fétida gigante. Y no, no es un olor a giñá de perro fresca, estamos hablando de un olor apestoso, nauseabundo y penetrante.
Pero no te preocupes, ¡no es nada que no puedas superar! Después de todo, ¿qué es un poco de olor a mierda en comparación con el maravilloso sol mediterráneo y las playas de El Campello? Además, quién sabe, tal vez la mierda tenga beneficios terapéuticos para la piel o algo así.
Lo que está claro, es que no todo es oro lo que reluce, al menos así lo contempla un estudio elaborado por la Universidad Miguel Hernández, en el que claramente dice, que los vertidos emitidos por el vertedero son nocivos para la salud.
¿Cómo es la vida en El Campello con el vertedero?
Bueno, para empezar, el aire huele a una mezcla de caca, desechos orgánicos y químicos. Así que, si eres alguien que disfruta de respirar aire fresco y limpio, es mejor que te acostumbres a llevar una mascarilla de gas en todo momento.
Pero eso no es todo, los pájaros y otros animales también han encontrado un hogar en el vertedero, y no precisamente para descansar. Los buitres sobrevuelan el área constantemente, buscando su próxima comida entre los restos de basura.
Así que, si eres de los que disfruta de la observación de aves, ¡este es tu lugar! Si no, bueno, puedes intentar hacerlo con una bolsa de papel en la cabeza para evitar el olor.
Además, el vertedero también es el hogar de una gran cantidad de ratas y otros bichos desagradables. ¡Pero no te preocupes!
El Ayuntamiento de El Campello está trabajando duro para controlar la población de ratas, y según sus informes, han reducido su número de manera significativa.
En fin, esperemos que se ponga solución a este problema que ya lleva arrastrando más de una década en nuestro pueblo antes de que tengamos que llamar a Bonifacio Orlando, para que con su avioneta, le tire un poco de yoduro de plata, al del peluquín o a cualquiera que tenga potestad para frenar este atropello.