Estaba claro que alguna vez tenía que pasar. La popularidad del gintonic ha traspasado cualquier límite (si es que le quedaba alguno por superar).
Un alicantino premiado con el Primer Premio de la Lotería Nacional decidió celebrar su suerte en un conocido local de la concurrida Calle Castaños tomando con los suyos unos gintonics. Lo que a priori parecía el mejor plan posible, acabó de la forma más dramática.
Todo iba genial, hasta el momento de pedir la cuenta. A la hora de pagar, el premiado se dio cuenta de que su millonario premio se esfumaba entre sus manos sin apenas tiempo para disfrutarlo. “No sabía que el precio del gintonic había subido tanto, si lo sé me compro una casa en el cabo”, lamentó el afectado instantes después de dilapidar su premio en tres combinados de ginebra marcas Premium.
“Entiendo que el ‘sitio’ hay que pagarlo, pero ¿tanto?”, se preguntó el protagonista de esta historia, que tras gastarse todo el bote en tres copazos se limitó a añadir un abatido “achavo…”.
La relevancia del suceso ha corrido como la pólvora en la Terreta, y muchos alicantinos se preguntan:
¿Vamos a tener que llegar a pedir una hipoteca para pagar un gintonic?
Lo cierto es que el precio de tomarse un gintonic en Castaños ya duplica el valor del suelo de alquiler en algunos barrios de la capital. Con la amenaza de otra burbuja inmobiliaria en el horizonte, la que se ha hecho realidad es la burbuja del gintonic, y no nos referimos a las que hay en la copa.
Los propietarios de locales de ocio en Alicante se defienden, y afirman que “es el precio del mercado actual”. “El postureo, la ginebra Premium, el cardamomo… Al final pagas lo que vale”, afirma el dueño de un conocido pub de Castaños, calle en la que pedir un gintonic vale más que comprar una casa.
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