Las reformas en Alicante están de rigurosa moda, y con ello no nos referimos únicamente a las sedes físicas de empresas y franquicias ubicadas en la capital de la Costa Blanca. Las grandes (y cada vez más, medianas y pequeñas) compañías no son las únicas que quieren ponerse ‘guapas’ de cara al público. Uno de los edificios cuya apariencia más se ha transformado en los últimos años ha sido el corazón futbolístico de la ciudad, el Estadio José Rico Pérez, que en la última (y fugaz) etapa del Hércules por la máxima categoría del fútbol español, vivió una gran remodelación. No han pasado tantos años de aquel 2010, pero seguro que hay detalles de su anterior vetusta apariencia que ya no recuerdas, ¿refrescamos la memoria?
Seguro que no recuerdas cómo era el Rico Pérez hace unos años
Corría el inicio del verano de 2010, España acababa de ser campeona del Mundo y el Hércules preparaba después de muchos años, su asalto a la Primera División. Eran tiempos felices para cualquier amante del fútbol nacido en Alicante. Esa ilusión por ver al equipo de tu tierra de nuevo en la élite del balompié nacional comenzó a crecer aún más cuando pasabas por los aledaños del Rico Pérez y veías que algo estaba cambiando en la fisonomía del estadio.
El cambio más aparente aparecía en su entorno. Seguro que no recordarás que esas plazas de aparcamiento tan bien delimitadas por líneas blancas sobre el asfalto en la actualidad, no hace tanto eran simple y llanamente un descampado de toda la vida. Un terreno irregular ubicado tras el fondo norte del estadio donde se apilaban los coches por pura improvisación.
En cuanto a las instalaciones internas del feudo herculano, la apariencia de las butacas fue uno de los cambios más radicales cuando en 2010 se modificaron los colores. Lo que siempre había sido blanco y azul en honor a la clásica vestimenta del club, se convirtió en un azulado monocromático (salvo en la parte donde se puede leer Hércules CF). Lo cierto es que aunque la anterior combinación era más respetuosa con los colores del club, aquel blanco (que seguramente solo fue blanco el día de la inauguración) daba una imagen de antigüedad y suciedad que un club de la entidad del Hércules no se debe permitir, juegue en Primera, en Segunda o en Segunda B como actualmente.
Otro de los cambios más visibles en las butacas llegó posteriormente al ascenso a Primera, y fue en la famosa grada Tejero, donde se puede leer el año en el que se fundó el club junto al año actual (en la actualidad 1922 – 2018), una novedad que se introdujo en la temporada del 90 aniversario.
Otras zonas del Rico Pérez que tuvieron un lavado de cara fue la zona mixta, donde los jugadores atienden a los medios que desde 2010 ya parece tal, la zona del antepalco, mucho más lujosa desde que el club ascendió, y cómo no, no nos podíamos olvidar de los aseos. Lo que antes eran unas instalaciones verdaderamente primitivas, con fosos en lugar de retretes, cambió cuando el Hércules dio el salto a Primera. Aunque el paso por la élite fuera efímero, la imagen del feudo herculano salió muy beneficiada.
Y tú, ¿recuerdas otros cambios en la fisonomía del Rico Pérez? Si es así, ¡déjanoslos en comentarios!
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