El pasado domingo, nos despertábamos con la noticia del inminente cierre del acceso al monte Benacantil de Alicante para vehículos particulares.
El motivo de esta medida es porque el Ayuntamiento se ha percatado de que el Castillo Santa Bárbara es un foco para «hacer cash» al que actualmente no se le saca el rendimiento que se pretende.
Como se viene observando últimamente, no hay cuestión alguna para el equipo de gobierno que se le resista, véase lo bien que se está gestionando el tema del ruido en el centro de la ciudad. Así que, manos a la obra y abordemos el asunto que nos atañe.
Todo esto del cierre del acceso al castillo de Santa Bárbara, tiene como objetivo el «sacarle los cuartos a todo guiri que se precie a visitar la Terreta» -cosa que está muy bien.
Para ello, el equipo de gobierno ha diseñado un plan en el que se pretende restringir el tráfico a particulares, dotando el acceso con microbuses lanzadera… Si, si, como el de la línea 24 que va directo a la Universidad, solo que en este caso el personal que se transporte no serán estudiantes si no turistas.
Dentro de la medida elaborada, se contempla el establecer puntos estratégicos con paradas en los que se recogerán a los turistas que no tengan contratados junto con sus correspondientes tour-operadores la visita guiada al castillo.
Vamos que el propio Ayuntamiento quiere hacerle el 13/14 a las agencias de viaje así… ¡por la face!
Pero bueno, en Alicante «El todo vale» es una premisa que al parecer viene de serie.
Se estima que gracias a esta medida el aumento del número de visitas al baluarte alicantino aumente considerablemente, superando de este modo las visitas que se hacen desde el acceso por el ascensor donde además se practica el escape room en Alicante.
Sin lugar a dudas, nos encontramos ante la decisión que hará subir las arcas municipales además de mejorar notablemente la economía alicantina, pero también hará que todo guiri que visite nuestro mítico castillo, recuerde de por vida una inolvidable experiencia. Y es que, para hacer más amena y divertida la excursión, el ayuntamiento ha decidido que los minibuses no sean minibuses cualquiera… Serán mini buses tuneados, con la junta la culata abierta y que hagan mucho ruido, cual coche rally subiendo el puerto de tudons allá por el año 92 cuando se corría el rally Costablanca en nuestras tierras.
Pero la cosa no queda ahí… ya que por otro lado, como parte de un programa de ayuda a desempleados con discapacidad o con edades superiores a los 60 años, el ayuntamiento de Alicante ha decidido incluir junto con esta medida, la contratación de conductores para los microbuses que reúnan los requisitos del programa de ayudas, para así ahorrarse parte de los seguros sociales de cada uno de los conductores empleados.
El Consistorio afirma que, subir al Castillo en un minibus trucado conducido por un tuerto, será un aliciente más para el turismo alicantino…
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