La discoteca Bugatti de Alicante es localmente recordada por su ambiente lleno de diversión y sus sesiones de música lenta. El mítico local impulsó el ocio nocturno en Alicante, siendo reconocida en su momento como una de las mejores discotecas de la ciudad. Salir de fiesta en Alicante ha perdido un poco la magia en los últimos tiempos, esto gracias a la pandemia de coronavirus y a sucesos como el acontecido en el Remember The One.
No obstante, la memoria de la discoteca Bugatti permanece por siempre en el corazón de los alicantinos. Son tantas las historias vividas en este sitio que rivalizan incluso con las vividas en las rocas del Hotel Meliá Alicante. Con el pasar del tiempo, y con el cierre de la discoteca, empiezan a florecer anécdotas inesperadas por muchos y predecibles por otros.
Dicho esto, un sujeto, quien prefiere mantener su identidad totalmente anónima, reveló que hace un par de décadas pagó al dueño de la discoteca Bugatti de Alicante para que las sesiones de lentas durasen tres horas. Pero, ¿qué llevó a este individuo hacer tal cosa? Para entenderlo, tenemos que remontarnos un poco al paso de las discotecas de Alicante.
Cuenta la leyenda que para algunos, la llegada de las lentas significaba la única oportunidad de la noche para poder ligar con una chica. La magia de la música con ritmo lento son un patrimonio cultural inmaterial de nuestra ciudad, pues muchas parejas han salido de estos eventos. Pero cuando se hace complicado por las buenas, entonces es indispensable acudir al plan B.
Bailes lentos llenos de amor, tradición y dinero de por medio
La manera de entender el ocio nocturno en Alicante ha cambiado con el tiempo. Sin embargo, muchos todavía recuerdan esas noches en la discoteca Bugatti donde era indispensable llegar al momento de las lentas con una pareja. Para la mayoría, esta era la oportunidad perfecta de hacer que una chica cayera en sus manos. Para otros, esto era imposible.
El sujeto, cuyo nombre se encuentra protegido, consideraba que su dificultad para ligar se daba porque las lentas duraban muy poco. Aunque sus amigos le decían que no era por eso, sino porque era muy feo, el individuo entendió que debía ingeniar una alternativa para poder ligar. Pero para lograr esto, las lentas tenían que durar mucho tiempo, pues así no había una excusa para que la chica se separara de él lo más rápido posible.
Fue entonces cuando decidió darle algunas cuantas pesetas al dueño del local para que la música lenta protagonizara gran parte de la noche. Su plan funcionó a la perfección, pues su pareja no tuvo otra opción que bailar lentamente junto a él durante todo el rato. Finalmente, el sujeto terminó enamorando a la chica, todo gracias a su astuto e inesperado plan.
Esto demuestra que no importa lo feo que seas, todo se puede resolver con algo de dinero y unas sólidas tres horas continuas de música lenta sin detenerse.
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