Repasando este último Halloween, he de decir que mucha gente no sabe que Alicante es una ciudad llena de leyendas fantasmagóricas.
Hombre todos conocemos las historias de las almas perdidas del preventorio de Busot, o las psicofonías que han escuchado desde el Castillo de Santa Bárbara, entre otras muchas historietas que de verdad se te ponen los pelos de punta. Internet está lleno de vídeos acerca de esto.
Por aquí os dejo el enlace de uno de los vídeos, pero ya advierto de que no es apto para los que quieran dormir esta noche;
Pero si pudiéramos resumir a tres las historias más escalofriantemente aterradoras que podemos encontrar en la ciudad de Alicante y que muchos de nuestros conciudadanos constatan que son ciertas serían; por un lado que; en ocasiones te cogen el teléfono del centro de salud a la primera; la avioneta que sobrevuela la ciudad y dispersa a las nubes renegrías para no joder la cosecha de tomates y, por último y quizá la que más se esté comentando la existencia de unos bonos de ahorro en el que se aplica un descuentazo del 50% en compras de 20, 50, 100 y hasta 200 eurazos repartidos por el Ayuntamiento de Alicante.
A ver, que esta noticia no es de este año, mi cuñao, en la cena de la Nochebuena el año pasado, ya nos contó de pasada que la amiga de la suegra de la cuñada de su tía, pudo comprarse unos zapatos planos aprovechando uno de estos bonos ahorros.
Pero por más que he querido interesarme por el tema, todo el mundo me contestaba lo mismo: «Sí, algo he oído», «mi charcutera me dijo que a una vecina le había pasado»…; conjeturas y habladurías pero nada claro. De hecho, el sábado pasado que me encontré a mi cuñao, me comentó que se habían puesto en contacto con esta chica los del Cuarto Milenio, porque ya que, aprovechando que iban a venir a grabar lo de la calavera de la Serra Grossa, habían quedado con ella para hacerle una entrevista, eso sí pixelada, no vaya a ser que la reconocieran y de la fama no pudiera salir a la calle la pobre.
Pues sí, por si no lo sabíais parece ser que durante el mes de octubre, se lanzaron unos bonos ahorro para impulsar el comercio de Alicante capital y la contornà. Pero, la realidad es que solo unos pocos han podido hacerse con uno de ellos.
¿Qué por qué ha sido así?
Os puedo asegurar que no es porque la gente no estuviera interesada en conseguirlo, sino porque ha sido prácticamente imposible. Desde su lanzamiento, la página web donde podían adquirirse ha estado más llena que la plaza del ayuntamiento el día de la cremà. Vamos que de allí ni entraba ni salía nadie.
Y ya que estamos con la terminología Halloweegeriana o como leches se llame esto, lo que de verdad resulta realmente fantasmagórico es tal y como está el cotarro de la inflación, que la verdad es que ahora casi te sale más barato irte una semana a Tabarca a hacerte un calderito de mero, rape y gallina -por cierto, vaya como nos las gastamos con la gastronomía alicantina eh!-, que hacer la compra semanal en el mercaíllo de tu barrio, teniendo en cuenta que según dicen, hay más de 170 establecimientos adheridos, que pena que haya tan poquitos de alimentación. Cuando por fin consigas el bono, ya se habrán llevado todos los pavos de la carnicería y te tocará comerte otra sopa agualichá con unos garbancillos flotando.
Pero bueno, volviendo a la dificultad para conseguir los bonos, si ya en lo que es la ciudad está la cosa más que complicada para conseguirlos, esta “ayuda” también se ha extinguido a muchos de los pueblos que conforman la comarca de l´Alacantí. De hecho, en algunas de estas localidades es donde podemos verificar algunas de las “peleas” más “sangrientas” con trabucos incluidos de sus filàs de moros… Ayy, pero mira si es que son hasta bonicos y tó, que lo hacen por nosotros para que no nos aburramos.
Es que son tan “presiosos” diciendo, “venga usad estos bonos que con ello conseguiremos reactivar la economía de tu pueblo y ciudad”; el cómo los consigas, eso forma parte del juego.
En definitiva, esta falta de comunicación, ha hecho que la mayoría de usuarios no tuvieran claro que tenías que ser del municipio y mayor de 18 años para hacerte con un bono.
Vamos que para poder entrar a comprar uno, no sabías si estabas haciendo cola para un comercio o para una discoteca.
¡Ey, aquí no entras si no eres del pueblo y tienes más de 18 años! Todo una fantasía.